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VÍDEO DE LA CEREMONIA FINAL

Sant'Egidio: En Bolonia surge un movimiento mundial para construir "Puentes de Paz"
Termina el encuentro internacional que ha contado con la participación de miles de personas de toda Europa contra los miedos, las divisiones y los conflictos. Impagliazzo: "Tenemos un sueño: la paz". Intervenciones de Bernice King y del obispo chino de Haimen. Las religiones y de los movimientos humanistas tienen un papel en la unificación espiritual que no ha tenido hasta el momento la globalización

En Bolonia, que durante tres días ha sido "capital de la paz" según el arzobispo Matteo Zuppi, nace "un movimiento de paz que crece y se desarrolla en el mundo". Un movimiento, dice el presidente de la Comunidad de Sant’Egidio, Marco Impagliazzo, que es fruto de una exigencia "compartida de muchos en todas las tierras: un movimiento de corazones, de pensamientos, de voluntades, de culturas por la paz". El trabajo que se ha abierto en Bolonia ha contado con la participación de miles de jóvenes y adultos provenientes de toda Europa, trescientos líderes de todas las religiones y humanistas, 34 mesas redondas donde se ha hablado de las heridas abiertas, las guerras aún en curso, y también se ha dicho que "la paz siempre es posible", como recordaba una vez más Impagliazzo: "Como dijo hace 50 años Martin Luther King, el padre de una de nuestros invitados, I have a dream, tenemos un sueño: la paz".

El Encuentro internacional "Puentes de Paz" organizado por la Comunidad de Sant’Egidio y la Archidiócesis de Bolonia, ha terminado en la piazza Maggiore delante de San Petronio, pero antes los representantes de las distintas confesiones religiosas presentes se han encontrado para orar en varios lugares de la ciudad.

Una vez más se ha hablado de la metáfora de los pórticos, que caracterizan la geografía urbana de Bolonia: "La paz es un pórtico que protege a todos", ha dicho monseñor Zuppi: "Los puentes son el bien común de esta casa preciosa y única que es el mundo". E inmediatamente después, el obispo católico de Haimen (China), Joseph Shen Bin, recordó que hace apenas un mes otro puente de paz unió dos grandes realidades mundiales separadas por décadas: "El 22 de septiembre, gracias a los grandes esfuerzos de diálogo de ambas partes, China y la Santa Sede firmaron un acuerdo sobre el nombramiento de obispos para integrar plentamente la Iglesia china en la Iglesia universal. Ese era el deseo de muchos papas y es también nuestro deseo. A través del diálogo se ha construido un puente de paz que ha abatido un muro que tenía casi setenta años. Gracias a este puente, por primera vez este año tenemos dos obispos chinos que participan en el Sínodo. Por primera vez en setenta años, la universalidad de la Iglesia se ha enriquecido con su presencia". Y el obispo de Haimen ya prefigura una próxima etapa en Oriente: "Espero que un día vengan ustedes a China, país acogedor y caluroso, para ver que la apertura ha traído prosperidad social y económica".

Así pues, la paz es posible, aunque "no se alcanza de una vez por todas y siempre debemos reconstruirla juntos, purificando el corazón y la mente, ayudando a los pueblos a mirarse a los ojos, uno al otro, y a no dejarse dominar por el miedo", como reza el Llamamiento de paz que se leyó como conclusión de la ceremonia y que un grupo de niños entregaron a las autoridades religiosas y políticas presentes en el palco. Y para construir la paz el papel de las religiones es fundamental, para "trabajar por la unificación espiritual que ha faltado hasta el momento en la globalización y trabajar por un destino común de la humanidad", como se lee en el Llamamiento de Bolonia: "Las religiones son lazos, comunidad y unión. Las religiones son puentes, crean comunión y reconstruyen la familia humana". Asimismo, es importante que los hombres aprendan a conocerse, que experimenten "el arte práctico de convivir", dijo la hija de Martin Luther King, Bernice, pastora bautista como su padre, en un discurso muy aplaudido: "Hay que dialogar para entenderse, en un mundo lleno de violencia, racismo, miedo y guerras. Cuanto más creemos, más abiertos estamos al otro. Tenemos que aprender el arte práctico de la convivencia".

Finalizados los tres días de Bolonia, la caravana de la paz se pone nuevamente en camino. La próxima etapa, dentro de un año, será en Madrid, en el "espíritu de Asís"”.